Si nuestro queridísimo administrador te manda un wasap con un video y te dice "He visto esto y me acordé de tu blog", es imperativo no pasarlo por alto y toca dedicar una entrada a tan insigne producto. No en vano, una de las primeras entradas de El Templo del Mal Gusto, allá en el 2005 y todavía alojado en GORG, estaba dedicada al Digitech Metanizer, un supuesto pedal signature que, por supuesto, no existía. Sin embargo, el concepto de ese pedal persiste y, casi dos décadas después, se ha hecho realidad.
Hoy hablaremos de The Fart Pedal
Como la mayoría de ideas estrambóticas de nuestros tiempos modernos, para toparnos con el origen de The Fart Pedal hay que remontarse a Kickstarter, esa plataforma donde algún iluminado expone su última idea de bombero y ahí van todos los tontacos de internet a darle pasta para que la haga realidad. The Fart Pedal podría haberse quedado ahí, en un simple meme que nos hace gracia a los guitarristas, pero a 507 personitas les pareció gracioso gastarse 165 dólares americanos por un chiste de pedos que funciona a con pila de 9V. La campaña recaudó 90.367 $, el triple de lo solicitado inicialmente. Ojalá el Sr. Steve Gadlin, el padre de la criatura, hubiera huido con la pasta a Cancún o Albacete como muchos otros y dejar a los pobres ilusos sin su pedal de pedos... Pero no... Cumplió su promesa...
La primera versión del pedal era bastante sencilla.Tan solo contaba con un potenciómetro para regular el volumen y un selector Dry/Wet para elegir la cantidad de salsita que acompaña las ventosidades. Quizás lo más gracioso que ofrecía la campaña era la opción de rotular el pedal como un fuzz para gastarle una broma (de 165$, recordemos) a ese colega al que le apasiona sonar a altavoz rajado.
Esa primera tirada de The Fart Pedal era como comerse un kebab con salsa picante a las tres de la madrugada para bajar la borrachera: una cagalera sin control ni respeto por nada. Sí, sonaba a pedo, pero la melodía fecal nada tenía que ver con la mierda que tocaras con la guitarra, tan solo disparaba un sonido de la variada biblioteca de flatulencias almacenada en el pedal. En resumen, mas o menos sonaba como las jams de blues que se hacían en los Encuentros de GORG a las 4 de la mañana cuando todavía había guitarras... Pero aún así, el pedal ha sido un éxito.

¡La versión 2 de The Fart Pedal estaba en camino! ¡Y prometían novedades! El Sr. Gadlin no se había dormido en los laureles y había seguid trabajando en su innovador producto. Se añade un segundo potenciómetro que nos permite mezclar la señal de salida de la guitarra con el efecto. Pero la gran incorporación de esta segunda versión va mucho más allá. Esta vez sí, el efecto respetará la afinación de las notas que estemos tocando. ¡Esto sí que es un ataque de GAS!
La segunda campaña ha resultado ser también un rotundo éxito y consiguió recaudar más de lo esperado inicialmente. Eso sí, la broma ahora nos costará un poco más; la The Fart Pedal Number Two ha salido a la venta por 220,95 $. Algunos afortunados ya han podido probar esta nueva versión del pedal, y así nos lo enseña nuestro youtuber favorito (sin ironía), Ola Englund, gran aficionado a las guitarras picudas y a los chistes de pedos:
Los afortunados que han pasado por el NAMM de este año (así es, The Fart Pedal ha estado en el NAMM) han podido deleitarse con el sonido del pedal. Ahí se ha presentado un prototipo del modelo final que añade un segundo selector que nos permite usar el "modo clásico", con afinación aleatoria de las ventosidades, marcando un antes y un después en la emulación de flatulencias. Ante tamaño avance, nos queda esperar a ver cual es el futuro de este novedoso efecto y ver lo que nos puede deparar una hipotética versión 3... ¿Veremos un fart pedal que respete ataque y duración? ¿Podremos añadir vibratos y bendings a nuestras llufas? ¿Transformaremos acordes en flatulencias polifónicas? ¿Nos permitirán hacer capturas de nuestros propios pedos y poder compartir nuestra biblioteca con amigos y familiares? ¿Acabará siendo The Fart Pedal un efecto imprescindible en toda pedalera ANALógica como lo son el chorus y el Boss Metal Zone? ¿Para cuándo la versión Pisotones? Desde El Templo del Mal Gusto estamos ansiosos para ver como evoluciona la marca; aunque ya peinamos canas somos incapaces de no reírnos ante una sonora flatulencia.
Por si hay algún interesado que se perdió el Kickstarter, en su web thefartpedal.com podréis encargar uno, además de conseguir su fabuloso merchandising. Aunque, seamos sinceros... A la mayoría de nosotros no nos hace falta un pedal para sonar como el culo...
Puede que me haya dejado algún que otro chiste de pedos. Dejadlo en los comentarios y así no le tengo que dar chuletones al sueco...
¿Es true bypass?
ResponderEliminarLo del true bypass he estudio yo
ResponderEliminarEstudio no; sido. He sido yo. Con las risas de más van los dedos.
ResponderEliminar¿Para cuándo el Litoral Signature?
ResponderEliminarPues no sería nada descabellado, teniendo en cuenta que el pedal viene EN UNA LATA SELLADA. Se necesita un abrelatas para sacar el pedal
EliminarComo se alimenta?
ResponderEliminarPregunto
EliminarVisto lo visto, seguro que se alimenta MUY BIEN
EliminarCon esto puede considerarse la guitarra un instrumento de viento?
ResponderEliminarHan pasado 60 años y por fin tenemos THE REAL PEDAL. O debo decir “pedalera”?
ResponderEliminarRetro, se sabe si el kemper lo clona bien? Creo que si lo intentas clonar con el quad córtex te aparece el siguiente mensaje de error: “prefiero resetearme de fábrica”
La verdad es que tengo mucha curiosidad acerca cómo se comporta con distintos pedales... Con un fuzz, antes y después, whammy, delay... El abanico sonoro se abre a interesantísimas posibilidades. Y, sí, también sería curioso ver como se puede clonar con los diversos aparatos que existen a día de hoy
Eliminar